¿Quiénes somos?

Ayni es una institución educativa laica y sin fines de lucro, creada con un propósito claro: motivar, acompañar y apoyar a cada estudiante en su aprendizaje y en su desarrollo integral, para que puedan crecer libres, felices y preparados para vivir plenamente en el camino que elijan. Creemos que la educación es un trabajo en comunidad.

¿Cómo lo hacemos?

En Ayni construimos una relación de colaboración auténtica entre estudiantes, familias y escuela. Acompañamos a los niños y niñas en su aprendizaje y desarrollo, y caminamos junto a las familias en la educación de sus hijos, compartiendo objetivos y compromisos que nacen de manera libre y consciente. En este camino, los estudiantes asumen un papel cada vez más activo en su propio proceso, aprendiendo a ser autónomos, responsables y libres.

A su vez, las familias tienen un rol esencial: interesarse por los aprendizajes de sus hijos, alentarlos y celebrar con ellos cada logro. Nuestro compromiso no se queda en el discurso: lo vivimos día a día. Practicamos las competencias y valores que enseñamos, convencidos de que el ejemplo es la mejor manera de educar.

En Ayni también creemos que la felicidad se aprende: a reconocerla, valorarla y disfrutarla. Por eso, ofrecemos experiencias y herramientas que permiten a nuestros estudiantes construir su bienestar, desarrollar autonomía y aprender a cuidarse a sí mismos y a los demás. En esencia, Ayni es una escuela donde se aprende a vivir con alegría, libertad y sentido.

¿Qué significa Ayni?

Ayni es una palabra del runasimi (quechua) que significa reciprocidad. Es una práctica ancestral que, aunque muchos no la conozcan, sigue viva en nuestro país, especialmente en las comunidades andinas. Como bien explica Iván Núñez del Prado, “Para el mundo andino, el trabajo es fiesta, comida, alegría y satisfacción”.

El ayni es esa forma de vida en la que todos colaboran por todos y para el bien común: “Hoy por mí, mañana por ti”. Vivir el ayni nos hermana no solo con nuestra familia, sino también con los amigos, los compañeros de trabajo y con el mundo entero, siempre con un mismo propósito: alcanzar el “Sumac Kawsay”, el buen vivir, la felicidad compartida.

En Ayni hacemos propio este espíritu: trabajamos unidos —estudiantes, familias y escuela— desde la reciprocidad. Lo que damos hoy por un niño, será recibido mañana por otro, y así construimos comunidad. Para nosotros, el trabajo es también fiesta, alegría y satisfacción; es un acto colectivo que se realiza por el bien de todos y en armonía con la vida.